sábado, 15 de julio de 2017

Las neveras son para el verano.

Llega el verano y con él el calor, la playa, los picnic, las siestas, las cervezas con los amigos...y que mejor que llevar una  nevera que nos permita mantener frescas nuestras bebidas mientras se alargan las noches estrelladas. Para esas estupendas reuniones este año aporto una caja de corcho personalizada bien cargada de cervezas heladas cubiertas de cubitos que aguantaran toda la velada. Esta forma de perdonalizarlas la aprendí en una tienda taller en Sevilla en la que Teresa Rabasca te enseña una gran cantidad de técnicas para tratar muebles, telas...
En esta ocasion necesitaremos 
  Una nevera de corcho pequeña, (de unos 32 litros)
  Imprimacion universal
  Pintura a la tiza del color elegido 
  Dos servilletas de papel de colores acorde a la pintura
  Cola blanca o de decoupage.
  Pinceles planos o paletinas.
Lo primero que haremos será dar una capa de imprimacion a la tapa de la neverita y al borde superior que es lo que vamos a pintar. Si tuviera algún dibujo hay que cubrirlo con imprimacion y luego con pintura blanca para evitar que luego se vea.Una vez seco empezaremos a pintar con el color elegido bien agitado dando pasadas largas con la paletina para que no se noten los brochazos. Dejar secar, con la pintura que yo uso (Fleur) es suficiente con una capa pero si fuera necesario aplicar una segunda  y volver a secar.  Mientras le quitaremos a las servilletas las hojas blancas que llevan en la parte trasera, suelen ser dos, así nos quedaremos con la única que lleva el dibujo estampado y las cortaremos por la mitad téniendo en cuenta el sentido y las formas. Aplicamos cola bien extendida sobre uno de los lados largos y con cuidado vamos pegando la servilleta , completaremos todo el contorno de la nevera ajustando bien las esquinas. Dejar secar bien, por último aplicar una capa de cola por toda la superficie que lleva papel para una mayor protección. Si el cordón azul que suelen traer no coordina con los colores elegidos podemos cambiarlos para dar una mejor terminación. La primera ha ido para una amiga que nos invitó a cenar y fue cargada de cervezas variadas para una cata, la segunda para los abuelos en forma de picnic para dos, jamón , quesos, patés, bebidas, chocolates y frutas...y la última ha ido con un kit de supervivencia para viajes relámpagos.