lunes, 25 de abril de 2016

Féz, un viaje para los sentidos.

A tan solo unas horas por carretera de la española ciudad de Melilla y atravesando unos paisajes propios del sur, llegamos a un lugar que nos transporta a otro mundo y otra epoca , Féz. El  bullicio de su Medina, la majestuosidad de su arquitectura, el encanto de los artesanos trabajando en la calle...no sabría elegir un único motivo para visitar esta caótica ciudad en la que hace casi quinientos años murió Boabdil, el último emir del reino nazarí y hace solo unas décadas nació la esposa del actual rey de Marruecos, la princesa Lalla Salma.
Es una de las cuatro ciudades imperiales y conserva parte de todas las civilizaciones que han pasado por ella, el barrio judío, la expansión hecha por los franceses...
Con tres zonas apenas diferenciadas Medina Féz el -Bali, Medina Féz el -Jdid y la Ville Nouvelle, es en la primera donde se concentran la mayor parte de los intereses turisticos, en un enmarañado laberinto de calles entre las que es totalmente imposible orientarse encontramos preciosas madrazas como la Attarine, mezquitas como la impresionante Al Karaouine y sobre todo barrios de artesanos que siguen manteniendo los oficios de toda la vida como el de los caldereros, curtidores... sin olvidar la animada Puerta Azul (Bab Bou Jeloud) uno de los accesos más transitados a la medina.
 Segun la tradición cada barrio debe tener una panaderia , una mezquita,un hamman, una fuente y una escuela coránica. 
Es una ciudad para recorrer con los cinco sentidos, llena de colores, olores, sonidos...donde los burros recorren los callejones como único medio de transporte y la llamada a oración desde lo mas alto de los minaretes envuelven toda la Medina.
Algo mas apartado y junto al barrio judío (La Mellah) encontramos el majestuoso Palacio Real que, desgraciadamente, no se puede visitar y hay que conformarse con hacerse la foto en la fachada principal delante de las siete puertas doradas.
La oferta hotelera es muy variada siendo lo mas típico alojarse en un Riad o Dar que son casas con pocas habitaciones y mucho encanto, de estilo tradicional , con una decoración característica y una gastronomía que hará las delicias de cualquier paladar.
Habría tanto que contar de Féz que resulta casi imposible, merece un viaje por si sola, aunque a poca distancia encontramos la mas humilde de las cuatro ciudades imperiales Meknés o Mequinez, pequeña, mas tranquila y con mucha magia y un poco mas allá las impresionantes ruinas de la ciudad romana de Volubilis.













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